Motivar a mi hijo de Secundaria a estudiar

Llevo algunos días pensando en algún buen tema para escribir en el portal, pero para ser franco se me ha hecho complicado encontrar alguno interesante para nuestros lectores, ya que normalmente busco enfocarme en los temas de economía, finanzas, créditos o deudas.

Hay días en los que las ideas fluyen y me faltan manos para escribir todo lo que mi cabeza piensa, pero hay otros días en los que me encuentro totalmente bloqueado y pasan días sin que me llegue una sola idea para escribir algún tema que pudiera ser de utilidad para los demás.

Llevo varios días en esa segunda etapa, donde no se me ocurren ideas frescas. Tal vez sea por las responsabilidades que debo cumplir en mi trabajo y que por otro lado necesito el darme el tiempo para atender todas las consultas que hacen los lectores de esta página y hacer el espacio necesario para continuar escribiendo y  publicando información que ayude a las personas a tomar mejores decisiones financieras y económicas tanto en su vida misma, con con respecto a la educación financiera de sus hijos y su hogar.

Tan ocupado estoy en esa labor, que de pronto me doy cuenta que el trabajo me absorbe y tal vez me está faltando dedicarle tiempo a mi propia familia y a mis hijos.

¿Por qué viene  a colación esta reflexión?

Motivar a mi hijo de SecundariaResulta que al revisar las calificaciones de mi hijo de secundaria, me doy cuenta que: su promedio no es el mejor, que tuvo varias faltas que no entiendo el motivo; me consta que lo llevé a la escuela y que no salió de ahí. Pero el maestro dice en su reporte que no asistió a clase o que llegó tarde por estar platicando o jugando afuera del salón.

Conozco a mi hijo y sé que es juguetón, bueno e inteligente (mas que yo), pero también reconozco que es muy sociable y le gusta platicar, que dice algunas mentiras casi sin pensar o “sin querer queriendo” como diría el Chavo del Ocho y que solo trabaja en las cosas que le gusta y lo motivan.

Papá es que hay materias que no me gustan“, “El maestro NO es bueno y me aburro en la clase“, “Ya le entendí y me da flojera seguir poniendo atención“, “NO me dejaron tarea” y alguna otras frases son las que me dice para justificar su bajo rendimiento.

Hace algunos años, entre el maestro y los papás hubiéramos regañado al alumno, pero en los tiempos actuales el padre “corre” a regañar al maestro porque su hijo no puede estar mal; esa es la “nueva” forma de educar.

En lo personal, NO responsabilizo a los maestros y no creo que mi hijo esté libre de culpa; sé lo que tengo en casa y conozco perfectamente que no está trabajando como debiera. Tiene mucho potencial y es mucho más inteligente de lo que su nivel de estudio actual me está indicando, pero su calificación está reflejando su esfuerzo real.

Debo reconocer que mucha de la culpa es mía, pues como padre no he sabido transmitir lo que quiero, además de que no he logrado motivar a mi hijo de secundaria para que estudie más.

Comparo esta situación a cuando inicié a escribir en Libre sin Deudas, pues tenía la firme intención de motivar a las personas para que ahorraran, estudiaran y aprendieran un poco de economía y finanzas. Todo con la idea de evitar que lleguen en una situación de deudas que no pudieran pagar y complicaran su estabilidad emocional y familiar.

Pero hoy, 4 años después de haber iniciado con este proyecto me doy cuenta que si no he sido capaz de motivar a mi hijo de secundaria para que estudie con más ganas y ponga todo su esfuerzo en aprender, es muy probable que tampoco esté logrando mi cometido de ayudar a prevenir que otros caigan en problemas financieros y que tal vez no estoy haciéndolo de la forma correcta.

Tengo que pensar y replantearme la forma de educar y motivar a mi hijo de secundaria, pero también debo hacer lo mismo con la forma en que estoy intentando ayudar a los demás en las cuestiones financieras.

Veo con tristeza que algunos utilizan la información, para llegar a conclusiones equivocadas donde piensan que como los bancos ofrecen quitas al dejar de pagar, entonces les conviene pedir una tarjeta, llenarla hasta el tope y después dejar de pagar para entonces negociar  un descuento con el banco  y así “ahorrarse” dinero.

Eso lo considero un ROBO y ni Libre sin Deudas ni las personas que participamos en este proyecto las  fomentamos, pues es actuar con premeditación, alevosía y ventaja para robarle al banco.

El proceso para suspender los pagos, SOLO lo recomendamos cuando ES LA ÚNICA opción que le queda al deudor, ya sea porque perdió su empleo, porque utilizó el dinero para una emergencia médica de vida o muerte o porque sus ingresos bajaron tanto que no tiene forma de liquidar la deuda; pero nunca para “ganar” dinero al costa de robarle a los bancos.

Regresando al asunto de mi hijo, me parece que le estoy dando muchas cosas, pero me está faltando tiempo de calidad con él para hacerle ver que las cosas se ganan con esfuerzo y dedicación y no porque algo no me gusta o me da flojera o porque el maestro o Jefe no me agrada, voy a hacer lo que yo quiera o “mejor” aún, NO voy a hacer nada porque me da flojera o no estoy de acuerdo.

La vida no es del todo justa y debo preparar a mi hijo para ser una mejor persona, que ayude y se automotive para seguir adelante, en lugar de caer en el conformismo con la primera “piedra” que se encuentre en el camino.

El mundo es de los luchadores y hay estudiar, prepararse, motivarse para ser el mejor, pero no tengo claro cómo transmitírselo a mi hijo, ojalá alguien pueda darme algunas ideas para a lograrlo.