Educación para los niños

La educación para los niños es vital, por lo que debemos cambiar la manera de formarlos al tomar como estandarte esta maravillosa frase que dice: “no pienses qué mundo les vas a dejar a tus hijos, mejor piensa qué hijos les vas a dejar a este mundo“. Inicio con esta reflexión porque hoy en día es más frecuente que los padres den todo a sus hijos y los hijos dejen sin NADA  a los padres.

Cada día es menos extraño platicar con estudiantes de universidad o recién egresados, y descubrir que prefieren no trabajar y “vivir la vida” porque si entran a trabajar, su papá los dejaría de mantener y sin trabajar están “ganando” mucho dinero y obteniendo más cosas sin tener que pagar por ellas.  

Cada día nos sorprende más esa respuesta, ya que los muchachos así jamás van a querer trabajar; sus papás les dan lo que necesita y mucho más sin tener que hacer nada. Aunque no todos los padres pueden dar dinero a sus hijos mensualmente, en cualquier nivel socio-económico hay papás que evitan que sus hijos tengan cualquier responsabilidad al dejarlos vivir en el hogar sin aportar absolutamente nada. Aunque piensan que les están haciendo un bien, en realidad los están perjudicando al sobre protegerlos.

Educacion para los ninosEn la Película Nosotros los Nobles, se retrata una familia rica donde los hijos no hacen nada porque el padre los sobre protegió toda la vida, y cuando empiezan los problemas se dan “golpazos” que los hace reaccionar; sin embargo la sobre protección y la mala educación para los niños, no es exclusiva de las familias ricas o acomodadas, ya que podemos escuchar comentarios de personas que ganan el salario mínimo que piensan que su hij@ puede y debe vivir en su casa sin tener que aportar nada de dinero aunque trabaje, porque “mi hijo trabaja, no se ha casado, pero es ayudante de mecánico, gana poquito, cómo le voy a quitar ese poquito que gana. Si él me quiere dar, está bien, pero solo si es su voluntad”.

Una buena educación para los niños ayuda a formar personas de bien.

Los que estamos provocando esta situación, no son los hijos, sino LOS PADRES mismos los que permitimos y de hecho incentivamos que eso pase al tratar de darles a nuestros hijos lo que nosotros nunca tuvimos y evitando que “sufran” las carencias  o dificultades que nosotros tuvimos. Pero no dos damos cuenta que ese “sufrimiento” o carencias fueron en realidad lo que nos ayudó a formar el carácter; recordemos que lo que no te mata te hace más fuerte. Dejemos que a nuestros hijos les dé el viento en la cara, que les dé gripa, que tengan carencias, que sufran un poco y ayudemos a formar hombres recios.

Cuando una planta no encuentra agua a poca profundidad, tiene dos opciones, seguir buscando agua en la misma profundidad y tal vez morir por falta del vital líquido mientras esperan que “alguien” riegue sus raíces, o también pueden decidir enviar sus raíces a una mayor profundidad en la tierra y buscar el agua que necesita para vivir y seguir creciendo, lo segundo les hará tener raíces más profundas  fuertes y resistentes.

Educar a nuestros hijosEl primer tipo de árboles puede ser arrancado fácilmente por la mano del  hombre o un viento fuerte, el segundo tipo se vuelve tan resistente que no puede ser arrancado ni por la mano del hombre ni por los vientos huracanados; resiste cualquier adversidad ya que aunque al principio “sufrió” rompiendo la piedra que había más abajo  y que le evitaba llegar al agua,  formó raíces profundas que le garantizan el suministro de agua y la fortaleza necesaria para soportar cualquier momento de crisis.

Al igual que las plantas, los padres debemos permitir que nuestros hijos tomen decisiones y busquen la forma de salir adelante afrontando las consecuencias de sus actos; claro que podemos aconsejarlos, de hecho es lo deseable, pero la vida no es ni justa ni fácil, enseñemos eso a nuestros hijos.

Frases como “Cuando yo era pequeño, crecí con muchas responsabilidades, y ahora que soy papá, no quiero que mi hijo sufra eso, quiero darle todo lo que yo no tuve”

Es una generación muy cómoda de jóvenes, ya que viven con pocas carencias y muchas comodidades. No viven las consecuencias de sus conductas o de sus malas decisiones, están siendo sobreprotegidos, no tienen resposabilidades. Todo esto hace que el niño crezca y se convierta en un adolescente que vive en un mundo falso. Un enfoque en el fin es obtener la felicidad a cualquier precio y hay que pagar lo que cueste, cuando en realidad la felicidad  es un camino NO un final, uno debe ir disfrutando las acciones buenas y gratificantes que vamos realizando, sobre todo ayudando a los demás; cuando estos adolescentes sean jóvenes, se convertirán en adultos que solo buscan la felicidad y la comodidad con el mínimo esfuerzo, ya que se sienten merecedores aunque nunca hayan luchado para obtenerla.

Es la generación de merecimiento, son jóvenes que no maduran al ser sobreprotegidos y viven como adolescentes permanentes. 

Recordemos que los privilegios se ganan, no se demandan y uno de los peligros de criar hijos que  se sienten merecedores de todo, es que se convertirán en adultos que solo toman de su entorno  sin dar nada a cambio. Recordemos que quien empieza pidiendo y obtiene lo que pide,  llega a adolescente exigiendo para convertirse en un adulto que te quita todo lo que tengas porque se lo merece y ya no se lo quieres o puedes dar.

Los jóvenes de hoy se sienten con derecho de todo lo que tengan los papás: su casa, su auto, su trabajo su dinero y hasta de la vida misma de los padres, al decirles lo que “deben” o no hacer. Es por eso que invito a los papás a que enseñemos a nuestros hijos, para que desde niños se ganen sus privilegios y no solo a recibirlos extendiendo la mano; recordemos que la educación para los niños es lo único que les dejaremos y que nadie podrá quitarles; la vida no es fácil, demos mejores armas para afrontarla.