Te amo…pero odio tus Hábitos de Consumo

Esta ocasión quisiera hablar un poco sobre la economía familiar, donde los hábitos de consumo de uno, puede consumir al otro si no se organizan a tiempo.

Lo primero es entender que cuando decides unirte en matrimonio con otra persona, no solo te casas con ella y su familia, también te unes para toda la vida con sus finanzas, su economía y su estilo de consumo.

Primero pensemos un poco en la definición de la palabra “consumo”: “Acción de consumir alimentos, bienes, dinero o energía; cantidad de bienes que se consumen.

Cada persona es diferente a las demás, única e irrepetible, pero siempre existen grupos de personas que tiene características similares y que tienden a unirse con las del grupo opuesto.

Cuando te casas se dice que encontraste tu media naranja, esa persona que te complementa y llena la otra mitad de lo que te falta a ti. Pero también es verdad que los polos opuestos se atraen, y en todos lo matrimonios encontramos que, aunque ambos tenemos muchas similitudes, la realidad es que existen muchas diferencias.

Por ejemplo, el concepto de buena administración familiar en términos de mi esposa es: “NO gastar más de lo que se gana.  Es decir que para tener finanzas sanas, si ganas 10,000 pesos debes gastar 10,000 pesos, no más de eso… pero tampoco menos.

Todo iba bien, hasta que agregó la última parte “…pero tampoco menos.

HABITOS DE CONSUMODicho en otras palabras, su filosofía de economía y consumo es seguir la máxima “gástate todo lo que tengas y disfruta la vida!!, ya después vemos cómo pagamos.

Y yo le pregunto: ¿y el ahorro?, ¿De dónde vamos a sacar dinero si tenemos algún problema, enfermedad o urgencia?.

Cabe aclarar que soy una persona ahorradora que no le gusta comprar lo que no necesita, pero reconozco que a veces llego al extremo de no querer comprar lo que si necesitamos.

Mi esposa es mi contraparte, pues a ella le gusta comprar las cosas por el simple hecho de que “estaba barato y me gustó; aunque a veces no necesite lo que se compró.

A ella le costó mucho trabajo y esfuerzo dejar de comprar su ropa en Liverpool, Fábricas de Francia y Palacio de Hierro; me lo recriminó durante mucho tiempo, aunque ya me ha perdonado (al menos eso espero).

Si por ella fuera, viajaríamos mucho más de lo que lo hacemos hoy en día. Aunque reconozco que si por mi fuera, no viajaríamos para no gastar.

Mi estrategia de consumo es muy distinta a la de ella, no digo que sea mejor o peor, pero son cosas que no llegas a conocer cuando estás viviendo el noviazgo, pues no es relevante o no te interesa (al menos no en ese momento).

Es Frecuente que si algo no nos gusta en el noviazgo, o terminamos la relación o pensamos “cuando nos casemos l@ voy a cambiar” y eso no siempre es verdad.

En los matrimonios es frecuente que ambas partes tengan distintos hábitos de consumo.

Lo mejor es llegar a un punto medio, donde los hábitos de consumo se enfoquen en gastar lo que se necesita, pero sin llegar a los niveles donde no sales al sol para no gastar tu sombra.

Contrario a la creencia popular, NO es verdad que las mujeres gasten más que los hombres.

En mi caso yo soy el que tiene los hábitos de consumo con un estilo mas ahorrador, y mi esposa es la que más le gusta y disfruta gastar.

Sin embargo tengo varios amigos donde es todo lo contrario, pues él es quien gasta y ella la que ahorra.

NO existe una regla general en cuanto a qué sean los hombres o las mujeres los que tengan  hábitos de consumo más moderados; cada quien habla según le fué en la feria.

La verdad es que amo a mi esposa, pero siempre me quejo de que gasta mucho. Aunque debo reconocer que ella me complementa en ese y muchos otros aspectos.

Todos los extremos son malos, porque si los dos fuéramos ahorradores tendríamos la casa muy descuidada, sin muebles y a punto del colapso, todo con tal de no gastar y guardar dinero.

En el otro extremo, si yo fuera como mi esposa, igualmente la casa seria un desastre, porque aunque viajaríamos mucho y compraríamos cosas que no necesitamos, es seguro que no tendríamos dinero ahorrado y las deudas serían un serio problema en nuestro hogar.

Hábitos de consumo con polos opuestos en el matrimonio.

Dicen que los polos opuestos se atraen, y no solo se refiere al amor y a las cuestiones físicas y espirituales, sino también a los hábitos de consumo y de economía familiar.

yin yangEn la mayoría de los matrimonios, uno gasta mas que el otro; uno ahorra más y al otro no le gusta ahorrar. Pero debemos entender que aunque hoy nos molesta la actitud del otro, la realidad es que gracias a esa combinación de los opuestos “YINYANG“, los matrimonios somos felices.

Las diferencias nos hacen únicos.

Cuando era adolescente recuerdo una frase que usó un amigo en una de esas noches donde el acohol te hace filosofar: “cuando quieres las virtudes de una mujer, pero amas sus defectos, es entonces cuando estás enamorado“.

Aunque me quejo de algunas cosas que hace o deja de hacer mi esposa, debo reconocer que la amo, la admiro y cuando platicamos, nos abrazamos y vamos caminando de la mano, descubro que me complementa, me ayuda a ser mejor y saca lo  mejor de mi en cada momento.

El otro día me mostró una frase que decía “una mujer que no gasta hace maridos mediocres“, primero me dió risa, luego no me gustó, pero la reflexioné y me dí cuenta que tiene algo de cierto, porque a los hombres nos gustan los retos y buscamos la forma de alcanzarlos.

Ella busca más cosas y “acelara”, yo meto el “freno”  y juntos vamos caminando a una velocidad intermedia, donde cuidamos la economía familiar.

Aunque no es tarea fácil, la realidad es que las diferencias nos hacen mejores personas, porque nos ayudan a aprender a vivir en armonía con los demás.

¿A tí como te va con tu espos@, sus hábitos de consumo son lo que esperabas?

¿Cómo le hacen para llegar a un punto intermedio?